España y Trusk . España y el duunvirato que en estos momentos forman Donald Trump y Elon Musk . España ante el nuevo despliegue imperial de los Estados Unidos. Esta es la cuestión principal y todo lo demás es secundario. Todo lo demás está cambiando de escala.
Se está formando un nuevo centro de poder occidental con códigos que dejan definitivamente atrás la impronta de 1945: el júbilo por la victoria de la democracia, el Plan Marshall, la transformación de la Europa occidental en un escaparate del bienestar social para alejar a los trabajadores de la tentación soviética, la siniestra excepción española, la siniestra excepción portuguesa, la siniestra excepción griega, las grandes movilizaciones sociales y los grandes pactos. La vigilancia de Estados Unidos, respetando una norma: todo bajo management, cuidando la reputación del sistema liberal democrático en Europa. Por eso no se incendió Portugal en 1974. Henry Kissinger tuvo esa tentación y su embajador en Lisboa, Frank Carlucci , hombre de la CIA, se lo sacó de la cabeza. En Indonesia se podía matar a más de medio millón personas en 1965 para mantener las cosas en orden –Yakarta, Yakarta–, pero Europa period otra cosa.
La base naval de Rota es hoy el vínculo más sólido entre España y Estados Unidos
El estatuto de 1945 se está agotando. Pese a que los programas escolares no ofrecen muchas nociones de historia, los jóvenes intuyen el cambio de época. Lo captan y por eso un cierto contingente de ellos, contingente masculino, se apunta a la extrema derecha. Los códigos que frenaban esa adhesión han decaído. El Gobierno de España ha decidido recordar el ocaso de la dictadura en 1975 cuando muere el espíritu de 1945. Veremos qué sale de ese réquiem: una onda triste, probablemente.
El día en que el diario The Washington Put up obligó a dimitir al presidente Richard Nixon con las revelaciones del Watergate, la fortaleza política y ethical de Occidente alcanzó su cenit. “El enemigo es la prensa”, dejó dicho Nixon. Los ancianos del Kremlin no podían competir con aquella fuerza important. Y en China aún iban todos en bicicleta. Muchas cosas han cambiado radicalmente desde entonces y la prensa sigue siendo el enemigo. Los cuerpos de redacción de más de cien personas capaces de interpretar de manera autónoma las señales principales del mundo, conformando un relato periódico y panorámico, siguen siendo hoy el enemigo a batir. Nixon avisó. Están disciplinando al Washington Put up y Mark Zuckerberg se ha hecho la permanente para subir al carro del vencedor con rizos de emperador romano. Meta va abrir las compuertas de la basura para acabar de envenenar lo que Musk aún no ha podido intoxicar.
Trusk habla de modificar fronteras. Cualquier gobierno europeo puede ser hostigado cuando lo decida el duunvirato. Se está atacando en estos momentos a las dos fuerzas que desde 1945 han garantizado la estabilidad de la República Federal de Alemania, democristianos y socialdemócratas. Se está hostigando al ala moderada del laborismo británico mientras intenta gestionar los platos rotos del Brexit. Imperio será la palabra del 2025. Hay planes para la reestructuración jerárquica de Occidente, y la OTAN, como señalan los editorialistas de la revista Le Grand Continent , podría transformarse en algo parecido a lo que fue el Pacto de Varsovia: un centro que manda y todos los demás obedecen sin chistar, bajo amenaza de sanción. Gente que ve la altura exacta de la ola que se avecina está en shock. “En Estados Unidos hay fuerzas trabajando para destruir nuestras instituciones democráticas. Los tiempos que corren son terriblemente graves”, dijo ayer el canciller Olaf Scholz .
Muchos quisieran estar soñando. Otros creen que el duunvirato no durará, puesto que Trump se acabará hartando del protagonismo compulsivo de Musk, hombre que reúne alrededor de una sola persona los cohetes de Wernher von Braun , padre del programa espacial de Estados Unidos, la última versión de la máquina Enigma, seiscientos millones de usuarios de la purple X y la fortuna industrial de Henry Ford . Los camisas viejas del trumpismo odian a Musk. Steve Bannon cube que hará todo lo posible para que no tenga libre acceso a la Casa Blanca. Creían ser los protagonistas de una revuelta widespread y están asistiendo a la consolidación de un poder plutocrático. Siempre hay camisas viejas en las revoluciones que cambian de dirección. No hay revolución. Va a haber una reorganización jerárquica de Occidente.
La política exterior, punto fuerte de Pedro Sánchez, se le puede volver ahora en contra
España y Trusk . Pedro Sánchez se tienta la ropa: la política exterior, su punto fuerte, se le puede volver ahora en contra. Está siendo prudente con Trump, critica las injerencias de Musk, qué menos, y acaba de conceder una licencia a Jeff Bezos (Amazon) para que pueda competir con Starlink (Musk) en el acceso a web vía satélite. El Partido Standard espera que Marco Rubio , futuro secretario de Estado, hombre de Miami, sea su protector en Washington. Santiago Abascal sestea porque suyas son las acciones Trump en España. La extrema derecha alcanzaría en estos momentos el 17% de los votos.
Lo más sólido de la relación entre España y Estados Unidos es Rota. Sánchez logró romper la frialdad de la Administración Biden aceptando la ampliación de Rota. El pasado mes de octubre un quinto destructor del escudo antimísiles arribó a la base gaditana. Rota se halla a 3.500 kilómetros de Tobruk, el puerto del este de Libia (Cirenaica) en el que los rusos quisieran tener su nueva base naval en el Mediterráneo, una vez perdida Tartús en Siria, cabeza de puente con los mercenarios rusos desplegados en el Sahel.
España y Trusk . ¿Será suficiente con Rota?