España está a punto de lanzar el satélite de comunicaciones avanzadas más importante que se ha construido en Europa. El proyecto se llama SpainSat y en él han participado las principales compañías de la industria militar y espacial del país, así como pymes de todo el territorio. En él se han invertido 2.000 millones que se esperan recuperar en forma de ingresos que reportarán los distintos clientes que hagan uso de él, todos ellos en el marco de la OTAN, durante la vida útil que son los próximos 15 años.
Indra, Airbus, Tass, Sener, IberEspacio, Tecnobit, Crisa, TTI Norte… Son algunas de las empresas que han participado en el diseño y fabricación de los diferentes componentes del satélite estrella de España. “Es un éxito enorme de la industria española”, ha explicado este miércoles Miguel Ángel García Primo, director gerente de Hisdesat, la operadora pública de satélites dependiente del Ministerio de Defensa. “No hay unas antenas como estas en Europa”, ha añadido en referencia a un proyecto que sitúa a España entre los países más avanzados a nivel mundial en sistemas de comunicaciones, a la altura de Estados Unidos.
El contrato inicial de SpainSat se firmó en julio del 2019, por lo que el proyecto ha tardado cinco años en ver la luz. Solo queda el lanzamiento, que se hará utilizando los medios de SpaceX, propiedad de Elon Musk, en la plataforma de Cabo Cañaveral, en Florida, una instalación utilizada por la Fuerza Espacial de Estados Unidos. Hisdesat ha decidido utilizar la compañía del magnate por la fiabilidad de su tecnología, explican fuentes de la compañía. El lanzamiento está previsto para el 28 de enero a las 11 de la noche hora native, que serán las 5 de la madrugada del día siguiente en la Península Ibérica. La ventana es de dos horas.
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En este momento, el satélite español ya está montado. Se hizo en la sala de integración de Madrid, en el municipio de Tres Cantos. Antenas, módulos, se realizaron pruebas de vacío térmico, se hizo la carga de propulsantes (con gasoline xenón). Ayer el proyecto se colocó en un gran contenedor que viaja a Touluse. El satélite cabe por escasos milímetros en dicho contenedor.
Mañana, desde la base aérea de la ciudad francesa, el proyecto estrella español viajará en la bodega de una avión de carga Antónov hasta Florida. Lo hará hiperprotegido con unos amortiguadores especiales para evitar accidentes, ha explicado García Primo. Y, por supuesto, asegurado en caso de infortunio, algo que no ha sido sencillo por los problemas que han mostrado varias aseguradoras de primer nivel ante incidentes recientes.
España se une al reducido membership de países que ofrecen comunicaciones seguras: EE.UU., Reino Unido, Francia e Italia
Las antenas de recepción están situadas en Hoyo de Manzanares, en Madrid. El cliente principal del SpainSat será el Ministerio de Defensa, aunque Hisdesat ya advierte que intentará dar servicio a la OTAN. Hasta hoy solo hay cuatro países que pueden ofrecer comunicaciones seguras: Estados Unidos, Reino Unido, Francia e Italia). España, por tanto, se incorpora al restringido membership. Algunos clientes ya han mostrado su disposición a contratar el satélite español, como la UE, Estados Unidos, Portugal y Noruega. Hisdesat mantiene negociaciones con más gobiernos aliados de la alianza atlántica.
La inversión inicial del satélite estrella de España ha sido de 800 millones, aunque llegará hasta los citados 2.000 millones durante su vida útil. En estas cifras están incluidas tanto las funciones en el espacio como sobre tierra. En la financiación han participado los ministerios de Defensa, Industria y Ciencia y Universidades.
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El SpainSat permitirá a España situarse a la vanguardia en cuanto a desarrollos tecnológicos del espacio. El aspecto más significativo del proyecto son las antenas activas, que son las más ambiciosas que se han hecho en Europa. El satélite también otorga una seguridad avanzada a España y protege al país del efecto del pulso electromagnético que pueda generar una explosión nuclear. También se podrán geolocalizar amenazas con los estándares validados por la OTAN.
En la fabricación influyó la pandemia y la guerra de Ucrania, ya que la ruptura de las cadenas de suministros alteró los plazos de entrega y los precios de elementos y componentes. Se tuvieron, además, que modificar algunas piezas porque eran de fabricación rusa. En concreto, el motor iónico del satélite provenía de un proveedor con sede en Rusia.
España prevé poner en órbita el segundo satélite de comunicaciones avanzadas después del verano y cubrir, con ello, la mayor parte del globo terráqueo.
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