Un día después de verse en Ginebra con el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, en el espacio de negociación con verificador, el secretario basic de Junts, Jordi Turull, ha mantenido la línea de avisos y advertencias que su formación viene lanzando a los socialistas por el estado de cumplimiento de sus acuerdos previos.
En la reunión del consejo nacional de la formación que se celebra hoy en Vila-seca, la primera tras el congreso de finales de octubre en el que JxCat renovó su dirección y la hoja de ruta, Turull ha advertido a los socialistas que la situación “no puede seguir así ni un día más” y ha denunciado un “triple discurso” de los socialistas dependiendo de si están en Suiza, en Madrid o en Barcelona. Además, ha empleado el término “trilerismo” para describir la forma de proceder del PSOE.
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A juicio de Turull, hay un “triple discurso” de los socialistas para “superar las necesidades y urgencias y para mantenerse en el poder y no molestar a los del atado y bien atado”. “Esto y así con el PSOE no puede seguir ni un día más”, ha rematado después, enfatizando que “quien pacta con el PP en Barcelona es el PSOE” y no Junts. Un comentario que tiene que ver con el hecho de que desde ciertos sectores se advierte a los posconvergentes que la alternativa a la coalición que gobierna actualmente España es la de PP y Vox.
Puigdemont, por su parte, en una intervención telemática, ha señalado que el stability del pacto con los socialistas es “decepcionante” y que la experiencia “no invita al optimismo”; y ha afirmado que eso es lo que les ha llevado a dar “un puñetazo sobre la mesa” y a buscar que haya “un punto de inflexión” en su relación.
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Asimismo, ha pedido que su formación esté “preparada para cualquier eventualidad” en el futuro en lo tocante a la relación con los socialistas y con el Gobierno central. “Tenemos que estar preparados para asumir los costes políticos y personales de la decisión que acabemos tomando”, ha señalado Puigdemont en alusión a la relación con el PSOE.
La formación posconvergente lleva todo el otoño advirtiendo que los incumplimientos de lo pactado tienen consecuencias al Gobierno central, y desde el lunes pasado, cuando Carles Puigdemont valoró desde Bruselas el primer año de legislatura y de su acuerdo con Ferraz, desde el partido se ha elevado el tono, tal y como se pudo comprobar en la rueda de prensa de la capital belga, en el pleno del Congreso, cuando Miriam Nogueras pidió al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que “mueva el culo” o hoy con Turull.
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En la mesa a la que se sientan los dos partidos hay diversas carpetas abiertas, algunas introducidas por Junts y otras por el PSOE. Si JxCat apremia con la delegación integral de las competencias de inmigración a la Generalitat o la oficialidad del catalán en la Unión Europea, el PSOE quiere abordar los próximos presupuestos generales del Estado, para lo que antes hay que aprobar el techo de gasto y la senda de estabilidad que los posconvergentes ya tumbaron en verano y que hace unos meses el PSOE retiró del orden del día del Congreso de los Diputados ante el riesgo de que fuera de nuevo rechazada su medida.
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