En la Gran Bretaña de los primeros años ochenta del pasado siglo había pocas certezas pero una de ellas period la incertidumbre. Gobernaban los conservadores con una Margaret Thatcher apodada La dama de hierro, siempre que el hierro se aplicara al proletariado y demás subespecies, lo que a su vez estimuló las acciones de los iluminados del IRA por aquello de la acción y la reacción. Coventry y Birmingham son los escenarios de This City, la serie creada por Steven Knight del que no hay artículo en web —incluido este— que no señale que es el creador de la excelente Peaky Blinders, además del guionista de Promesas del este, de donde puede deducirse que siente una especial predilección por ciudades punteras de la industrialización y las consiguientes bandas mafiosas que suelen surgir en las metrópolis temporalmente boyantes: skinheads y “guerreros zulúes”, conocidos también como “hooligans”, uno de los escasos términos del inglés comprensibles para los españoles. Una salida ante un clima laboral incierto fue la música. Y de eso trata, entre otras cosas, This City (Movistar Plus+).
Naturalmente, la juventud que soportaba el papel de yunque de la dama de hierro no podía elegir las dulces baladas y optó por ritmos más vitalistas como el ska, sombreros de chicos rudos, calcetines blancos y una mirada que bordeaba el desconcierto. Que en una ciudad de la Inglaterra profunda actuaran varias células del IRA se explica, al menos parcialmente, por sentencias judiciales como las de “los seis de Birmingham” por la que fueron condenados a cadena perpetua seis individuos acusados de colocar sendas bombas en dos pubs de la ciudad en noviembre de 1974, anulada posteriormente por la Corte de Apelaciones en marzo de 1991 tras comprobarse el despreciable montaje jurídico-policial.
La evidente atracción de los creadores audiovisuales por aquellos años, no hay que olvidar la excelente Quadrophenia, se justifica en parte por la edad de sus responsables, por ejemplo la de Steven Night time, de 65 años, que compartió juventud en aquellos años turbulentos. No hay nada como el poder intransigente para potenciar una ciudadanía rigid por más que, al parecer, en toda serie que se precie tiene que haber un espacio para el amor como el que siente Dante Williams, el protagonista, por Fiona, una dependienta de una tienda de discos y musa de algunas de las canciones que escribe su enamorado ante la indiferencia de la misma.