Símbolo del declive de Ciudadanos, que se ha mudado allí desde un moderno edificio de la calle Alcalá, junto a la plaza de las Ventas, que todavía exhibe el cartel de “se alquila”, Jordi Cañas cita a La Vanguardia en la modesta sede de Príncipe de Vergara. El combativo candidato al Parlamento Europeo se queja de la poca visibilidad que su formación ha tenido esta campaña –en los gráficos el shade naranja se ha diluido en el azul del PP–, pero está convencido de lograr el 1,7% de los votos en toda España que, según sus cálculos, lo harían repetir como eurodiputado.
Populismo
La ultraderecha es un caballo de Troya que puede desarmar el proyecto europeo”
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, con quien Ciudadanos comparte familia europea, acaba de decir que Europa puede morir. ¿Lo ve así?
Es un estadista que pone sobre la mesa los riesgos ciertos que tiene Europa tal como la entendemos, como espacio de libertades, prosperidad y de respeto a los derechos humanos.
Pero aun así puede verse superado por la ultraderecha.
En un contexto como el precise, apostar por una opción que ha tenido vínculos con Vladímir Putin (la Agrupación Nacional de Marine Le Pen) puede ser un caballo de Troya que intente desarmar el proyecto europeo.
¿Ese es el principal peligro?
Interno, sí, pero hay otros globales. Y Europa debe poder garantizar sus principios, valores e intereses en el mundo. Ha vuelto el viejo orden mundial de la violencia y el reparto geopolítico y debemos ser respetados.
¿Se refiere a Ucrania?
Me refiero a todo. Ucrania es un reflejo de un contexto en el que ya hay países que han roto el orden internacional del respeto a las fronteras. También China quiere conquistar su espacio important en Taiwán… Todos estos son movimientos sísmicos globales que nos tienen que llevar a despertar y a saber qué queremos.
¿Cuál sería el proyecto?
Ya está esbozado desde la covid. Europa se construye desde las disaster: la primera fue la financiera, que tuvo un impacto muy desigual. Pero la covid obtuvo una respuesta conjunta, con decisiones que rompían tabúes como la mutualización de la deuda. La guerra de Ucrania obliga ahora a replantear la seguridad y la defensa comunes.
¿Un ejército europeo?
Se están sentando las bases para tener algún día un ejército que pueda responder a las necesidades que tenga Europa.
¿Al margen de la OTAN?
La OTAN es un espacio de seguridad compartido. Son círculos concéntricos. Europa debe tener su autonomía estratégica, porque Estados Unidos ya no tiene como contendiente international a Rusia, su gran antagonista es China, con la que pugna por la hegemonía mundial. Así que nuestra defensa la tenemos que garantizar nosotros. Intervenir allí donde haga falta para defender nuestros intereses.
Pero eso puede verse como neocolonialismo, ¿no le parece?
Europa tiene que ser un espacio de paz, pero cuando hay un problema, por ejemplo, en el canal de Suez, eso afecta a la producción de las empresas europeas. Tenemos que ser capaces de garantizar nuestra autonomía estratégica international: en materia industrial, de acceso a las materias primas y la energía y de seguridad. Sin pedir permiso a Estados Unidos, con intereses que no siempre están alineados con los de Europa, como se ha visto tanto con Joe Biden como con Donald Trump.
¿Qué solución ve al conflicto entre Israel y Palestina?
Nadie tiene una solución para el conflicto, pero hay un marco internacional, la resolución de la ONU de 1967, que habla de dos estados. El reconocimiento del Estado palestino no es suficiente. No digo que sea malo, sino que la decisión se toma porque a Pedro Sánchez le interesa: convierte la política exterior en un instrumento private. Tendría que haber sido más prudente en una región de alto voltaje y haber buscado el apoyo de los grupos parlamentarios.
¿Qué le parece la respuesta israelí al ataque de Hamas?
Ese nivel de destrucción es impropio de un Estado de derecho. Esas imágenes destrozan la humanidad. Israel tenía derecho a defenderse, pero ha violado la legalidad internacional, tendría que haberse limitado a objetivos terroristas.
Hablemos de la amnistía…
Es un ejemplo de corrupción política desconocida hasta la fecha. Si a Sánchez le hubieran dado un maletín con dinero hablaríamos de corrupción, pues le han dado siete votos. Es obsceno. Es una ley que cube que lo que pasó no period un delito, y sí que lo period. No es balsámica, ni tiene ninguna virtud, por mucho que lo diga el Cercle d’Economia o Perico de los Palotes. Un político no tiene más derechos que otro ciudadano, tiene más obligaciones éticas. En el 2019 hubo violencia, muy seria. No pasó algo más por puro azar, con la derivada internacional de la injerencia rusa… La mayoría de los catalanes lo sabe, pero la mayoría de los españoles no son conscientes. La sociedad catalana sufre un trauma.
¿Por eso ha ganado el PSC?
Una parte de la sociedad catalana no quiere recordar el dolor.
Y hablemos ahora de la descomposición de su partido, del que han salido compañeros suyos para integrarse en el PP…
Pues mire, la descomposición limpia el organismo. Este partido no es una agencia de colocación y no se vende.