Primera modificación:
La junta militar de Burkina Faso extendió el periodo de transición por cinco años más. Tras dos golpes de Estado en 2022, se planeaba establecer un gobierno democrático para julio de este 2024. Sin embargo, el líder de la Junta, Ibrahim Traoré, anunció este 25 de mayo que las elecciones se aplazan hasta 2029, citando motivos de seguridad. En esta edición de África 7 Días analizamos las razones de esta decisión y revisamos la situación en otros países que han sufrido tomas militares.
Ibrahim Traoré, ahora oficialmente presidente de Burkina Faso, justificó esta decisión en un comunicado firmado, mencionando que los comicios se posponen 60 meses debido a la situación de seguridad del país. Sin embargo, la carta aclara que este plazo podría acortarse si las condiciones mejoran.
Así, la nueva carta de transición reemplaza a la unique, que expiraba el domingo 26 de mayo, y habilita a Traoré a postularse en las elecciones previstas para 2029.
Burkina Faso ha experimentado una significativa inestabilidad desde 2022. En enero de ese año, el Movimiento Patriótico para la Salvaguardia y la Restauración (MPSR) derrocó al presidente Roch Kaboré. Luego, en octubre, una disputa interna entre militares llevó a Ibrahim Traoré al poder. Los uniformados que tomaron la emisora estatal en ese momento advirtieron que las razones de su acción eran las mismas que cuando depusieron a Kaboré: la incapacidad de unir al país y luchar eficazmente contra el islamismo.
El aplazamiento de la transición hacia un gobierno civil en Burkina Faso refleja una tendencia de inestabilidad política en la región del Sahel. En los últimos cuatro años, ha habido ocho golpes de Estado en África Occidental. Este patrón ha generado preocupación sobre el futuro de la democracia en la región y ha complicado los esfuerzos internacionales por estabilizar la zona.
La decisión de extender el periodo de transición en Burkina Faso por cinco años añade un nuevo capítulo a la historia de inestabilidad política del país. Mientras la Junta Militar justifica su decisión en razones de seguridad, la medida plantea interrogantes sobre el futuro democrático de Burkina Faso y su impacto en la región del Sahel.